De la tragedia a la formación y a la multiplicación: Cómo la educación bíblica de un refugiado transformó varias naciones

Cuando Philbert huyó de su país natal, Burundi, a principios de la década de 2010, nunca imaginó que su estancia en un campo de refugiados de Kenia se convertiría en la base de un ministerio que acabaría repercutiendo en la formación pastoral en muchos países. Su historia demuestra cómo la formación accesible de pastores puede crear un efecto dominó mucho más allá de una sola aula, llegando desde los campos de refugiados hasta los movimientos eclesiásticos nacionales.

Esperanza en el campo de refugiados de Kakuma

La vida en el campo de refugiados de Kakuma era difícil para Philbert y otros miles de desplazados de toda África Oriental. Sin embargo, fue allí, en 2013, donde Philbert descubrió el programa del Centro de Formación Bíblica para Pastores (BTCP). Lo que comenzó como una formación asequible para pastores en un entorno de refugiados acabaría cambiando su vida, no solo la de Philbert, sino la de innumerables pastores y líderes de iglesias de toda la región.

"Esta es la formación que transformó positivamente mi vida", reflexiona Philbert. El plan de estudios del BTCP le abrió los ojos a la interpretación bíblica correcta a través de su enfoque sistemático de la observación, la interpretación y la aplicación. "Me di cuenta de que ahí es donde muchos pastores fallan, o interpretan mal la Biblia porque no tienen una formación adecuada en interpretación bíblica".

El programa de dos años proporcionó a Philbert unos sólidos fundamentos teológicos a los que muchos pastores de todo el mundo no tienen acceso. En los campos de refugiados y en las regiones empobrecidas, a menudo es imposible acceder o costearse la educación tradicional en un seminario. El modelo de formación fácil de pastores del BTCP llenó este vacío crítico, ofreciendo una educación bíblica integral diseñada específicamente para contextos en los que el acceso a los seminarios es limitado.

Una llamada divina para volver al peligro

Tras graduarse en el BTCP en 2015, Philbert obtuvo asilo en Canadá, un refugio seguro frente a la agitación de su país natal. Sin embargo, Dios tenía otros planes. A pesar de la seguridad y las oportunidades que le ofrecía Canadá, Philbert sintió una clara llamada a regresar a Burundi para compartir lo que había aprendido.

"Dios me habló para que llevara esta visión a Burundi", explica Philbert. "Así que tomé esta visión en 2015 y empecé a compartirla". Esta decisión requirió una fe tremenda, ya que Burundi seguía siendo un lugar peligroso para vivir y ejercer el ministerio.

A su regreso, Philbert no tardó en descubrir la urgente necesidad de formación de líderes eclesiásticos en su país. "Descubrí que muchos pastores de Burundi dirigen iglesias y no tienen ninguna formación básica en teología o liderazgo". Esta falta de formación no era sólo una cuestión educativa: estaba creando graves problemas a la iglesia e incluso dando malos frutos.

Presión gubernamental y necesidad de formación

La situación que Philbert encontró en Burundi era terrible. "Vengo a un país donde el gobierno presiona a pastores y líderes eclesiásticos. Cierran iglesias en Burundi porque estos pastores y líderes eclesiásticos no están formados en teología y liderazgo".

El cierre de iglesias por parte del gobierno puso de manifiesto un problema crítico: los pastores sin formación estaban creando inadvertidamente situaciones que atraían una atención negativa sobre la comunidad cristiana. Sin una base teológica adecuada, algunos líderes eclesiásticos caen en falsas enseñanzas o malas prácticas de liderazgo que dan a las autoridades motivos para restringir las actividades religiosas.

Esta crisis subraya la importancia vital de la formación para los pastores pobres que no pueden acceder a la educación teológica formal. Programas como la alternativa de seminario de bajo coste del BTCP son esenciales para proteger y fortalecer la iglesia en Burundi.

Transformar vidas mediante la formación bíblica

Cuando Philbert empezó a impartir BTCP en Burundi, los resultados fueron sorprendentes. "El BTCP está ayudando mucho a resolver ese problema y el de la falta de formación de pastores en Burundi", informa.

La transformación fue más allá de simplemente evitar los problemas del gobierno. Philbert fue testigo de cómo los pastores cambiaban por completo su enfoque del ministerio. "He oído a pastores decir: 'Enseñaba como quería, pero ahora enseño según la Biblia'". Este cambio de la opinión personal a la autoridad bíblica representa el núcleo de lo que consigue una formación pastoral eficaz.

El programa también ayudó a las iglesias a combatir las falsas enseñanzas que se habían infiltrado en la región. "El BTCP ha cambiado la vida de las iglesias de Burundi, donde nos enfrentamos al evangelio de la prosperidad y las falsas enseñanzas", señala Philbert. Esto demuestra cómo la formación económica de pastores puede fortalecer la salud doctrinal de redes enteras de iglesias.

La monumental tarea de la traducción

Uno de los mayores retos de Philbert fue hacer accesible esta formación a los pastores locales. "Muchos pastores no entienden inglés, francés ni siquiera swahili", explica. Para servir de verdad a su pueblo, Philbert emprendió la enorme tarea de traducir todo el plan de estudios del BTCP al kirundi, la lengua local de Burundi.

No era un proyecto sencillo: había que traducir y formatear las 2.300 páginas del material del BTCP al idioma local. "Tardamos unos cuatro años en traducir los manuales del BTCP al kirundi", recuerda Philbert. Este minucioso trabajo demuestra la dedicación necesaria para que la formación bíblica global sea realmente accesible a las comunidades locales.

El proyecto de traducción es un ejemplo de cómo la formación accesible de los pastores no debe limitarse a ser asequible, sino que también debe ser cultural y lingüísticamente apropiada para las comunidades a las que sirve.

Más allá de las fronteras

El impacto del trabajo de Philbert no se detuvo en las fronteras de Burundi. "También estoy llevando este ministerio al Congo", comparte. "Ahora se están impartiendo cuatro clases en el Congo". La expansión a la República Democrática del Congo muestra cómo una formación eficaz crea un efecto multiplicador, con líderes formados que naturalmente quieren compartir lo que han aprendido con otros.

La traducción al kirundi ha demostrado ser valiosa más allá del propio Burundi. "Traducir los libros del BTCP al kirundi también ayudará a los refugiados del campo de Kakuma, a los de Nakivale en Uganda, a los de Tanzania y a los de Ruanda", explica Philbert. Habiendo experimentado él mismo la vida de los refugiados, comprende los desafíos únicos a los que se enfrentan estas comunidades y lo crucial que puede ser la formación bíblica para los pastores y líderes de iglesias desplazados.

Retos permanentes y fe

A pesar del notable éxito, Philbert se enfrenta a importantes retos permanentes. "No tenemos libros impresos. No tenemos financiación para conseguir los libros. Conseguir los manuales del BTCP es todo un reto", admite. "Los profesores no reciben apoyo financiero. También es un verdadero reto".

Estas limitaciones de recursos ponen de manifiesto un problema común en la formación de pastores en contextos misioneros. Aunque la formación en sí puede ser asequible, la infraestructura necesaria para impartirla -materiales impresos, apoyo a los profesores, transporte- requiere una colaboración financiera continua.

Sin embargo, Philbert prosigue su labor con notable fe y determinación. "La formación de Burundi al Congo no es fácil. Realmente necesitamos vuestras oraciones", reconoce, consciente de que este ministerio requiere tanto apoyo práctico como espiritual.

Un modelo de ministerio mundial

La historia de Philbert ilustra varios principios clave para una formación pastoral global eficaz:

La accesibilidad es esencial: La formación debe estar disponible en las lenguas locales y ser apropiada para los contextos locales, no sólo asequible en precio.

Mentalidad de multiplicación: Los pastores bien formados se convierten ellos mismos en formadores de forma natural, creando canales de liderazgo eclesiástico sostenibles.

Atender las necesidades reales: Una formación eficaz aborda los retos reales a los que se enfrentan las iglesias, desde la presión gubernamental hasta la falsa enseñanza.

Compromiso a largo plazo: Un ministerio sostenible requiere años de trabajo dedicado, no soluciones rápidas ni programas a corto plazo.

El efecto dominó continúa

Hoy, el ministerio de Philbert demuestra cómo la formación de una persona puede tener un impacto en naciones enteras. Desde su experiencia inicial como refugiado en el campo de Kakuma hasta su trabajo actual de formación de pastores en varios países, su historia muestra el poder transformador de una educación accesible y bíblica.

Los pastores a los que forma dirigen ahora iglesias más fuertes, enseñan la verdad bíblica en lugar de opiniones personales y crean relaciones positivas con las autoridades gubernamentales. Iglesias que podrían haberse cerrado permanecen abiertas porque sus líderes están debidamente preparados para el ministerio.

Apoyo a la formación bíblica mundial

La experiencia de Philbert con el BTCP representa miles de historias similares en todo el mundo, donde la formación accesible de pastores está creando un cambio duradero. El Centro de Formación Bíblica para Pastores sigue proporcionando materiales de estudio bíblico divertidos y formación pastoral integral a los líderes que no pueden acceder a la educación tradicional del seminario.

Para los socios del ministerio que buscan soluciones eficaces para la formación global de pastores, BTCP ofrece un modelo probado que se adapta a los contextos locales, manteniendo la fidelidad bíblica. El programa ofrece una formación de pastores asequible que crea canales de liderazgo eclesiástico sostenibles incluso en los entornos más difíciles.

Ya sea en campos de refugiados, naciones políticamente restringidas o regiones económicamente desfavorecidas, la necesidad de formación pastoral cualificada sigue siendo crítica. La historia de Philbert demuestra que con el modelo de formación adecuado, líderes locales dedicados y un apoyo continuo, el impacto puede extenderse mucho más allá de lo que cualquiera imagina inicialmente.

Mientras Philbert continúa su labor en África Oriental, encarna la visión de una formación bíblica que se multiplica a través de culturas y generaciones. Su viaje de refugiado a líder ministerial regional ilustra el profundo impacto que una educación pastoral accesible y de calidad puede tener en la iglesia mundial.

La transformación continúa a medida que cada pastor formado a través del BTCP regresa a su comunidad equipado no sólo con conocimientos, sino con las herramientas y la confianza para formar a otros, creando una red cada vez mayor de líderes eclesiásticos con fundamentos bíblicos en toda África y más allá.

Anterior
Anterior

De Ruanda a las naciones: Cómo la formación bíblica dio la vuelta al mundo

Siguiente
Siguiente

Juntos más fuertes: Cómo la formación en BTCP transformó el matrimonio y el ministerio de Peter y Mónica